Abajo la reforma política proscriptiva

Néstor Pitrola y Marcelo Ramal, dirigentes del Partido Obrero, ingresaron al Senado en el día de hoy para expresar la oposición del PO a la “reforma política” oficial.

La “reforma política” que hoy votará el Senado es proscriptiva y reaccionaria. Se despoja a los partidos del derecho a reglarse y a elegir a sus candidatos de acuerdo con sus propios estatutos, y los obliga a hacerlo por medio de una interna abierta y obligatoria. Esa elección primaria obrará, a su vez, como ‘filtro’, pues la interna deberá reunir el equivalente de 300.000 votos nacionales para poder participar en la elección general.. La intención de la reforma es promover una polarización política artificial entre dos o tres partidos y ofrecer al kirchnerismo la posibilidad de llegar a un segundo turno mediante el control del PJ. Ese control reposa en el patrimonio de fichas de afiliación en poder de los actuales punteros. Es que en el proyecto, la posibilidad de desafiliación (relevante para los grandes aparatos) queda condicionada al envío de un “telegrama especial”, un procedimiento engorroso que convierte a esos afiliados en rehenes.

El gobierno dice que la “reforma” terminó con el financiamiento privado de las campañas. Pero incluye un largo artículo dedicado a las “donaciones de personas físicas”, es decir de los ricos, que en su mayor parte se han beneficiado con los negocios con el Estado.

La reforma apunta a ‘polarizar’ políticamente entre aparatos regimentados. Pero ninguna reglamentación política va a poder frenar la tendencia a la disolución del régimen actual, que es resultado de su incapacidad para enfrentar la crisis capitalista. Para los trabajadores, esa crisis representa mayor desocupación, carestía y congelamiento salarial. El gobierno quiere enfrentar la respuesta de los trabajadores a la crisis con una mayor regimentación sindical y política. La reforma proscriptiva es parte de esa regimentación: por eso, debe ser denunciada y rechazada a través de una movilización política integral.